lycka: ISLA DE SAN ANDRES, COLOMBIA

29 de marzo. Alas 6.30 de la mañana subimos el ancla y navegamos hacia St Andrés con la intención de pasar allí solo una noche para descansar y despedirnos de Javier, que hace unos días vino para recoger a su hijo y a la pareja de San Sebastián que conocimos los últimos días en Providencia. Pero un nuevo problema nos sale al encuentro; al guardar las velas y poner en marcha el motor para entrar por el arrecife de St Andrés, nos damos cuenta de que el barco no adelanta, el eje de la hélice se ha salido del motor. Sin pensarlo dos veces llamamos por la emisora a los guarda costas del lugar y acuden casi de inmediato. Nos remolcan arrecife a dentro hasta el fondeo.

// Vista aérea de la isla de San Andres y su masificada ciudad //

Cuando llegamos ya ha oscurecido; Javier y su hijo Bruno, de doce años, salen a nuestro encuentro y delante de nosotros están fondeados los de San Sebastián, Edu y Marimar con su catamarán Nator.

Después de su gran ayuda es cuando los guarda costas suben a bordo para tomar nuestros datos y conocer nuestro problema. Tengo que subrayar el buen servicio que presta este cuerpo en tierras colombianas; su ayuda incondicional y gratuita, como siempre, había sido en la mar y debe de ser.

31 de Marzo. Con la colaboración de Javier y Edu, Salvador ha resuelto ya la avería, el eje vuelve a estar en su sitio y la tuerca que lo soltó bien apretada.

// El techo singular de Nenes Marina, dedicatorias de sus navegantes //

Les prometimos a los guarda costas solucionar el problema y partir en breve para no tener que renovar papeles en tierras colombianas, así que bajamos a tierra por Nenes Marina y conocemos un poco la cuidad de San Andrés en dos escasos paseitos. Caminamos por sus calles llenas de altos edificios y repletas de comercios de todo tipo, allí hasta el turismo más selecto encuentra cualquier cosa que desee.